martes, 11 de mayo de 2010

ESTRATEGIA DE RETIRADA

POR: John Vorhaus
Tiene que haber una salida de aquí, le dijo el payaso al ladrón” y mientras dudo mucho que Bob Dylan estuviera pensando en el póker cuando escribió estas palabras, la pregunta surge de todas formas…tanto en sesiones ganadoras como en sesiones perdedoras ¿Cuándo es suficiente?

No tengo que hablarte acerca de la seducción de las próximas dos cartas, ya que OMHS (One More Hand Syndrome – Síndrome de una mano más) es un fenómeno bien documentado tanto entre jugadores online como jugadores en vivo. Entonces, vale la pena dedicarle algo de tiempo no sólo a cómo debemos jugar bien, sino también a cómo podemos dejar de jugar.
Muchas veces otros toman esa decisión por nosotros. Los parroquianos de los pequeños clubs saben a que hora terminarán los juegos disponibles, porque los jugadores se cansan, o se arruinan, o llega la hora del cierre.
Incluso las grandes salas de póker sufren la penitencia cuando la noche se acaba. En el Bellagio, o en Foxwoods, o en Trump Taj, las horas de la madrugada parecen un mundo de fantasmas pagando ciegas y haciendo apuestas mientras los infomercials de Ab Blasters se repiten una y otra vez en las pantallas de plasma y las aspiradoras merodean por los pasillos entre máquinas tragaperras silenciosas. Lo sé, porque he estado en ese mundo…Es un rito que forma parte de la vida de todo jugador de póker…y sirve para demostrar la gran atracción que puede ejercer el póker.

El problema se incrementa de forma casi ridícula en el póker online, ya que el juego nunca se detiene, y si no puedes encontrar acción en PokerStars, bueno, pues Full Tilt Poker sólo está a un click de distancia.

Veamos la Primera Ley de la silla adhesiva:
Un objeto en una silla de una mesa de póker tiende a permanecer en su sitio hasta ser extraído por una fuerza externa.

Con frecuencia aplicamos esta fuerza externa para entrar. Nos decimos que permaneceremos en el juego hasta que el tráfico se aligere, o hasta que sea la hora de la cena, o hasta tener que ir al trabajo. Aquellos que son inefectivos para escapar de las mesas cash, suelen hacer bien jugando torneos: Te quedas hasta que tus fichas, o tus rivales, se acaban.
Aquellos que tienen la mente confusa al respecto, se quedan en las mesas cash, sin noción clara de cuánto tiempo quieren jugar, o que quieren conseguir. Tienen la idea de jugar “un rato” y ganar (Por supuesto, ganar) “algo de dinero”. Y las horas pasan…y la silla se vuelve más y más adhesiva…y la fuerza exterior que los saca de la mesa termina siendo el agotamiento o la ruina, o ambos.
Tengo una reflexión: Antes de que te sientes y empieces a jugar, deberías saber, con exactitud, cuándo te levantarás y lo dejarás. Es una noción radical, lo sé, porque ve en contra de la antigua sabiduría que nos aconseja “permanece en el juego mientras vayas ganando”…Pero tengo el sentimiento (Y la certeza, por mi propia experiencia) de que el acto de adecuar nuestro juego a un horario restringido es una forma más de aplicar la claridad y disciplina que tienen los jugadores ganadores.
De pronto, tu juego no es un pasatiempo o un acto recreativo, sino un ataque planeado a las fichas de tus rivales. Sabes cuando empiezas y sabes cuando terminas. Tienes, en otras palabras, una estrategia de retirada y un estudio, aún apresurado, de la historia militar te dirá la enorme utilidad que esto puede tener.
Pero tú sabes todo esto. Tú ya lo sabes. Tú conoces el dolor que produce levantarse de la mesa una ronda más tarde de lo debido, cuando el cansancio, el sueño o el aburrimiento te hayan hecho cometer algún error costoso. Error que sabes que no habrías cometido una hora antes.

Bien, ya hemos estado demasiado tiempo en la mesa y ya sabemos cuánto es demasiado. Pero, entonces, ¿Cuánto no es demasiado? ¿Cuál es la duración adecuada para una sesión de póker? ¿Dos horas, tres? ¿Diez?
Desafortunadamente, esa no es una cuestión que yo pueda responder por ti. Sólo tú puedes hacerlo, en términos de durante cuánto tiempo puedes mantener tu concentración, disciplina y buen ánimo. Considerando también los factores externos, por supuesto, del tipo de si el juego aún es bueno, si sigue siendo rentable o si se ha transformado en un nido de tiburones. Pero no dejes de tener en cuenta tu estado mental. Si no estás a tope, deja de jugar.
El estado mental puede cambiar muy rápido. He visto, y tú también, al igual que todos, cómo una “bad beat” puede poner a un jugador en tilt y enviarlo de camino a la ruina. Ahora, cuando una de esas situaciones me ocurre a mí, simplemente dejo la mesa. Sé que no puedo mantener mi confianza y mi concentración, así que lo dejo. Sé que puedo estar dejando un juego aún rentable. Sé que debería poder sobreponerme, y muchas veces puedo, pero en esto prefiero ser conservador. La mejor estrategia de salida es la directa: Salir del juego. Y rápido. Con el tiempo, he logrado escuchar la voz interior que me dice “Déjalo. Déjalo ahora que no es demasiado tarde”. Esa voz no se equivoca nunca.

¿Tienes esa voz interior? ¿Puedes escucharla? ¿O, más bien, la ignoras? Y, si la ignoras, ¿Por qué lo haces? Puedo pensar en alguna razón. Por ejemplo, la necesidad de “recuperarte”. ¿Puedes pensar en una oportunidad en la que sabías que deberías haberte retirado, pero no lo hiciste, y luego lo lamentaste?
Mike Caro habla de pasar el punto del dolor y entrar en un estado mental en el que perder más dinero no te hace sentir peor de lo que ya te sientes. Mi propia experiencia de esto es que mientras la mayoría de las grandes pérdidas causas descensos graduales, también es posible durar hasta más allá del punto del dolor. Tanto si esto ocurre a los 10 minutos o a las 10 horas, es una buena pista que te indica que debes levantarte y dejarlo. Tristemente, esta pista es muy difícil de ver a través del dolor y la desconcentración. Pero por ese motivo debemos entrenar nuestro auto control: Para que el control de daños resulte más fácil.
Annie Duke tiene un enfoque más práctico. Ella recomienda abandonar cualquier sesión en la que hayas perdido más de 30 ciegas grandes. La estimable Sra. Duke piensa que 30 ciegas es lo que un buen jugador puede esperar ganar en una buena sesión, y, en consecuencia, es lo que se puede tener expectativa de recuperar.
Ir más allá de ese umbral es cavar un hoyo demasiado profundo, y no sólo en términos monetarios. Una gran pérdida deja mucho dolor, y los residuos de ese dolor hacen que jugar de forma correcta sea más difícil. Es por eso que Annie Duke sugiere que 30 ciegas grandes es su límite tolerable de pérdidas.
¿Y, sabéis qué? Si eso es lo suficientemente bueno para Annie Duke, es lo suficientemente bueno para mí. 30 ciegas grandes, pérdida máxima permitida. Después de eso, afuera. Es toda la estrategia que se necesita.

FUENTE: mipoker 10